Somos energía

Todo lo que existe, incluidos nosotros mismos, está compuesto de energía. Desde este punto de vista, la realidad es un fluir de vibraciones y frecuencias que forman y transforman el mundo que nos rodea. Si entendemos que somos energía, podemos empezar a percibir nuestra existencia de una manera más profunda y conectada con todo lo que nos rodea.

Estamos interconectados a través de una red invisible de energía. Esto incluye tanto lo que es visible, como las plantas, los animales y los seres humanos, como lo que no podemos ver, como los pensamientos, las emociones y las energías sutiles que circulan en nuestro interior. Nuestros cuerpos, aunque parecen sólidos, están formados por átomos que vibran constantemente. A un nivel más profundo, nuestras células, nuestros pensamientos y nuestras emociones también son formas de energía en constante movimiento. Cada pensamiento y emoción que tenemos genera una frecuencia vibratoria que influye no solo en nuestro ánimo, generando un bienestar o malestar personal (dependiendo de lo que pensamos). Además, afecta también en el mundo que nos rodea.

La energía que emitimos, a través de nuestras emociones, actitudes y creencias, influye en nuestra vida y en las relaciones con los demás. Si nos sentimos positivos y armoniosos, nuestra vibración es más alta, y eso atrae circunstancias y personas que resuenan con esa frecuencia. En cambio, pensamientos y emociones de miedo o tristeza tienen una frecuencia más baja, que puede atraer experiencias menos satisfactorias.

La idea de que somos energía también está estrechamente vinculada con la Ley de la Atracción. Si constantemente pensamos en lo que no queremos o nos mantenemos en un estado mental negativo, nuestra energía se sintoniza con esas vibraciones y atraemos más de lo mismo. En cambio, si cultivamos pensamientos positivos, gratitud y confianza en el futuro, nuestra energía se alinea con lo que deseamos crear en nuestras vidas.
¿Te ha pasado alguna vez que llegas tarde a algún sitio y todos los semáforos parecen estar en rojo? Parece que el Universo se confabulara para que así suceda. Como nuestra atención está centrada en llegar tarde, todo mi entorno copia esa energía.

¿Cómo podemos conectar con nuestra energía?

Lo primero es observar, cómo nos sentimos, cómo está nuestra energía, qué pensamientos y palabras tenemos. A veces, esto nos resulta difícil de hacer. Podemos hablar con alguien que nos conozca bien, para que nos diga cómo nos percibe en ese momento. Su feedback, nos permitirá tener la perspectiva necesaria para tomar consciencia de nuestro estado actual y poder evaluar qué acciones tomar para equilibrar nuestra energía.

Existen terapias como el yoga, la meditación, la respiración consciente, el sonido, las limpiezas energéticas, que nos ayudan a acallar a nuestra mente, reducir el ritmo y conectar con nuestra energía interior, equilibrándola, recuperando el bienestar y alineándonos con las frecuencias más altas del universo. Cuando aprendemos a gestionar nuestra energía de manera positiva, podemos transformar nuestra realidad, sanarnos a nosotros mismos y crear una vida más plena y en armonía.

La clave está en la conciencia de nuestra propia energía

Si tomamos consciencia de que somos seres vibratorios, podemos tomar las riendas de nuestras emociones y pensamientos, eligiendo deliberadamente elevar nuestra vibración y manifestar las experiencias que más deseamos. Al igual que el universo, nosotros también somos energía en constante transformación y evolución.

Al comprender que somos energía, podemos empezar a ver nuestra vida y nuestro entorno desde una perspectiva más amplia y profunda. No estamos separados del universo, sino que somos parte de él, una manifestación de la energía universal que fluye a través de todo lo que existe. Al tomar conciencia de nuestra propia energía y aprender a manejarla de manera positiva, podemos transformar nuestras experiencias, mejorar nuestra salud emocional y física, y conectar más profundamente con el flujo cósmico que nos rodea.

Recordar que somos energía nos invita a vivir de manera más consciente, a cuidar nuestra vibración interna y a darnos cuenta del impacto que nuestra energía tiene en el mundo. Somos seres poderosos, capaces de crear y manifestar, solo tenemos que recordar la esencia de lo que realmente somos.

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